jueves, 19 de marzo de 2015

EL CASTILLEJO Y EL CARRASCAL VERSIÓN HEAVY (14/03/2015)

Teníamos una espinita clavada desde el día que subimos al pico Bellota por la pedrera sur (la última ruta del pasado 2014). Una pedrera que se está labrando la fama. Aquel día nuestro plan era rematar la jornada con la subida al Castillejo dada su proximidad, pero unas escopetas nos impidieron el acceso a esta cima, menor de entre las clásicas de Espadán pero no exenta de belleza.
Dicen que no hay mal que por bien no venga y es que, debido a esa renuncia, descubrimos la hermosa pedrera (va de pedreras la cosa) que se escurre entre la ladera del Castillejo y el puntal que lo escolta (yo le llamo su nariz aunque en algún lugar he visto el nombre de Peña Asolá) y que muere al pie de la pista de la Sierra, por donde tuvimos que volver en aquella ocasión a Azuébar.

Así lucía aquel día
La imagen de esa pedrera y la pequeña canal que se adivinaba más arriba se me quedó grabada. La intención de remontarla se convirtió en un reto y había que hacerlo realidad.
Y ya que estábamos aquí, ¿por qué no subir al Carrascal?, otra de mis pendientes.
El guante estaba lanzado y J.Manuel lo recogió. No sólo eso si no que además la subida al Carrascal la haríamos en plan investigación y aventura. Se trataba de subir por su ladera Este partiendo del sendero de acceso al Castillejo. Una ladera culminada por los farallones rocosos bien visibles y característicos del Carrascal.
Entremos pues en materia porque la jornada de I+D fue de lo más fructífera, divertida, dura y no exenta de riesgos.
Desde Azuébar seguimos en coche por el camino asfaltado de los Chorros y el camino de la Sierra. Al llegar al paraje de Menda localizamos en un margen del camino una entrada a unos bancales abandonados donde estacionamos.


Allí iniciaremos el pateo siguiendo ese camino que va paralelo al barranco de la Sierra. La pista cruza más adelante ese barranco y continúa ahora por su izquierda. Nos acercamos a los Estrechos, el barranco por la derecha es el del Capitán. Ya hace un buen rato que tenemos enfrente mi amigo el Bellota ...


... y pronto aparece el Castillejo.

El Castillejo y el Carrascal ... ¡a por ellos!
Nos plantamos a su altura justo en una curva del camino donde se cruza el barranco en los Estrechos.


Unos bolardos delimitan ese camino con la base de la hermosa pedrera del Castillejo. No es ancha y está ribeteada con el verde de los matorrales y la coscoja, pero la pendiente que se aprecia es de las que te echan para atrás.


En esto de las pedreras, además de la pendiente, que en mayor o menor grado va a ser siempre pronunciada, importa y mucho el tamaño de las piedras. A más pequeñas y sueltas menor tracción, das un paso adelante y dos para atrás.


Aquí había de todo.



Salvo un par de losas grandes donde darse un respiro, había poco donde agarrarse.


Un poco más arriba nos arrimamos al lateral herboso de la izquierda.



Seguimos subiendo y cada vez hay más rocas grandes que dan más seguridad.


Nos iremos acercando ahora a la parte derecha bajo los escarpes rocosos del Castillejo.


Rodearemos unas chumberas por la izquierda antes de que la canal se abra.

Vista hacia abajo


Es entonces cuando iniciaremos unas sencillas trepadas hasta alcanzar la cima.



Prueba superada. El tramo recorrido, la pedrera, tendrá unos 200 - 250 metros en los que salvaremos 190 de desnivel. Ha estado disfrutona la pedrera, sí señor.

Aquí se aprecia el final de la canal
En lo alto encontraremos restos de una fortificación y el foso de lo que parece un aljibe.

Cima del Castillejo con el Carrascal mirándonos por encima
Panorámica hacia el sur con el perfil de la Calderona
Felices y contentos nos dispusimos a almorzar acurrucados en el foso ya que el vientecillo era frío, frío.


Fotos con nuestro siguiente objetivo a nuestras espaldas.

(by J.Manuel)
Toca seguir. Bajamos del Castillejo destrepando el mismo camino hasta la primera repisa desde donde seguiremos por la derecha (oeste).





Para seguir el sencillo destrepe ...


... hasta el Pozo de los Moros ...



... y un poco más abajo llegamos al colladito donde enlazamos una senda, el camino lógico de ascenso al Castillejo.


Panorámica al este con el Bellota, el Puntal de l'Aljub y a la derecha el recién conquistado Castillejo
Seguiremos por la derecha. El sendero tiene su encanto entre carrascas y las primeras sureras.


Como os comentaba al inicio, esta era la senda por la que pretendíamos llegar al Castillejo el día que nos topamos con los escopeteros y dimos media vuelta.
Recorreremos poco más de 500 m. por la misma hasta una curva a izquierdas (justamente el punto donde reculamos en aquella ocasión). En este punto comienza la segunda aventura del día. Vamos a intentar subir desde aquí al Carrascal.

Desde aquí enfilaremos hacia el Carrascal
Y nos despediremos del Castillejo
No hay ninguna marca, señal ni fitas (todo llegará ...) y lo hacemos a criterio de cada uno. Al principio iremos superando unos abancalamientos por donde mejor podamos.



Lo bueno de ir en grupo es que nos podemos separar para investigar y acertar con los pasos más enmarañados. Los matorrales y la espesura de las carrascas hace que muchas veces demos media vuelta, con algún arañazo que otro, para buscar otra altenativa. Entre unos y otros vamos superando los primeros escollos.
A medida que subimos, la ladera se va despejando. Atravesamos un pequeño canchal.


Sobre nuestras cabezas tenemos los primeros farallones rocosos del Carrascal.



Habrá que lidiar con ellos. A partir de ahí comienza la diversión. Algún que otro paso expuesto, pequeñas chimeneas, repisas y miradores.







Montaña en estado puro. Una gozada.
-¿Qué tal por ahí Manolo?
- Imposible ... ¿y tú Paco?
- Sí, venid por aquí, parece que hay un paso.


Así vamos progresando en la montaña.
En un momento dado vamos girando hacia el noroeste.

Sorteamos un pequeño barranquito por arriba

Hay que rodear estos farallones por su base

A lo lejos vemos el collado (¿de los Mondragones?) por donde pasa el sendero de subida normal.


Puede ser una escapatoria para enlazar...
Pero llegamos a la base de una estrecha pedrera (subsidiaria de otra más grande más abajo). Pues nada, pedrera que te crio. Esta es cortita pero la pendiente es guapa, guapa.


Las piedras son medianas, poco donde agarrarse.


Toca separse porque de vez en cuando se escapa alguna rodando ... ¡piedra va!. Mucho ojito cuidadín. No está de más el casco.



La pedrera se culmina en un bosquete de carrascas ...


... y tras unas cortas trepadas encontramos las primeras fitas. ¡Estamos en el Carrascal!. Prueba superada.
Repisas, gendarmes, el rodeno en todo su esplendor.



Toca deleitarse con las vistas desde esta vertiente.

A nuestros pies el Castillejo
Vistas al Norte
Y al sur
Y al Este, con el Bellota, el Puntal de l'Aljub y en el centro-abajo, el Castillejo
Mirada sobre mi querido Bellota y sus pedreras
Vistazo al Norte
La cima hace honor a su nombre ya que es una tupida maraña de carrascas.


Lo mejor, sin duda, la escarpada cara este. Una gozada haberla tachado de la lista y más de la forma en que lo hicimos. Fotos y más fotos y para abajo.


Ahora por la vía "normal". Pasando por el collado ...



... y siguiendo hasta localizar la senda que, por la derecha, nos bajará hasta la pista del Castillejo.
Inevitable no mirar atrás para despedirnos de esta montaña.

El tramo último de subida al Carrascal por la canal y su pedrera






Bye, bye Carrascal
La pista tiene poco que contar aunque no por ello desmerezca, en absoluto. Discurre junto al Barranco del Capitán. Bonitos ejemplares de surera salpican el camino que no se hace pesado.



Pasaremos de nuevo bajo el Castillejo y su pedrera ...



... antes de volver a los coches por camino conocido.
Y así finalizó la aventura. No teníamos ninguna duda de que esta ruta de investigación acabaría de manera exitosa. Lo que no sabíamos es que iba a ser condenadamente divertida ... y dura.
Se merece una revisita para, en la medida de lo posible, hacerle un marcaje para facilitar su difusión.
Todo llegará.
Aquí van las dos ascensiones a vista de pájaro :



Adéu.