miércoles, 26 de marzo de 2014

CULLA - PENYACALVA PR-CV 225 (22/03/2014)

Una inolvidable jornada montañera. Muchos adjetivos para esta ruta irán saliendo en la crónica pero yo me quedo con el del comienzo, INOLVIDABLE. De las que se te quedan a buen recaudo en un rincón de la memoria. Pasará el tiempo y en más de una ocasión abriré la caja de los buenos recuerdos y allí estará para alegrarme.
Qué tendrá Culla y sus parajes que nunca defrauda.
Hoy nos vamos a recorrer el PR-CV 225. Serán 13.400 metros que saborearemos uno a uno.
Un perfil en V con un pronunciado descenso hasta el cauce seco del Montlleó, por el que transitaremos un buen trecho rodeando la mole del Penyacalva, y una buena remontada hasta el inicio para rematar la faena.
¿Estáis en forma?, pues allá que vamos...

Una breve parada en la Torre Matella, cerca de Culla
Realmente el inicio del PR lo encontraremos en la preciosa Culla, de imprescindible visita y callejeo, pero podemos ahorrarnos un par de kilómetros si comenzamos desde el campo de fútbol, en las afueras de la población. Para llegar allí, si venimos por la CV-166 desde la Torre d'En Besora, a la entrada de Culla nos desviamos por la izquierda (está indicado, campo de fútbol La Lloma).
Una vez situados iniciamos el pateo. Ya vemos un primer poste indicador.


Tomaremos el camino de la izquierda en dirección a la Roca de Penyacalva, por el de la derecha volveremos algunas horas más tarde.

Decimos adiós a Culla
Vamos por una pista cementada en ligero descenso.


Dejamos atrás el Mas de Les Barredes.


Y más adelante el Mas de La Xurumbela.


Allí nos saluda su morador con el que departimos un ratito.
Un nuevo poste nos invita a seguir hacia el río Montlleó.


Le hacemos caso. El camino sigue siendo amplio pero por poco tiempo.


Con la mirada puesta delante ya adivinamos el abismo en el que nos va a tocar adentrarnos.


Si alzamos un poco la vista, por encima de los cantiles de la Rotxa, nos saluda el omnipresente Penyagolosa y, agudizando la vista, distinguimos también Vistabella.


Un pequeño desvío por senda nos evita una lazada del camino (Camí Real de Benafigos).

Atención, ya que un poco más adelante vamos a dejar por un momento el PR para desviarnos por la derecha hacia los desafiantes cortados que bordean la Penyacalva.
Los vistas desde allí son difíciles de olvidar. Un majestuoso paisaje con el seco cauce del Montlleó serpenteando centenares de metros allá abajo.


Vale, y mucho, la pena acercarse al Penyacalva y asomarse a sus rocosos balcones y ... soñar en volar ..., como los buitres que navegan sobre las peñas de enfrente, el Cingle Verd.

Lorena y MªJosé sobre el abismo con el Cingle Verd detrás

Manolo con la pared del Penyacalva (el Frontón) detrás
A la izquierda se abre un profundo barranco. Parece imposible que por allí se abra camino la senda, pero no. Tras la visita al Penyacalva retomamos la senda que, efectivamente, se adentra en el barranco.

Bajando junto al Barranc de Talons
Es el barranc de Talons, que llevaremos por la izquierda. Está tapizado de carrascas, pinos, enebros, lentiscos, romeros etc,etc.
De momento, la pendiente es suave y llevadera. Atravesamos con cuidado una pedrera, la primera de varias que nos saldrán al paso.




Si las vistas son impresionantes al frente, volviendo la vista atrás tampoco es que desmerezcan.


Un nuevo mirador por la izquierda, junto al camino. Nuevas vistas, nueva perspectiva y mucho disfrute.



No imagino mejor lugar que este para almorzar. Después, y con semejante decorado, toca hacerse las fotos de rigor.



La senda continúa bajo las paredes del Penyacalva. Enfrente, una pequeña cresta puntiaguda parece asomarse al vacío. Un pecado no acercarse a cabalgarla, eso sí con precaución.






(by J.Manuel)

(by Manolo M.)
A partir de este punto, el sendero dice basta ya de suavidad y decide abocarse sin remisión hacia el Montlleó. Sólo nos permite disfrutar de un sinfín de lazadas atravesando más pedreras.

Impresionante la Penyacalva

Una pedrera abancalada

La Penyacalva y la puntiaguda cresta cercana recién cabalgada
En su último tramo, la senda desbocada aplaca su furia y la pendiente se suaviza. Es el momento de atravesar un espléndido y húmedo bosque de carrascas, algunas de buen porte, pinos y demás sotobosque.




Por fin llegamos al cauce del Montlleó. Mira que me gustan poco las bajadas, pero ésta ha sido de las que nunca olvidaré, disfrutona a tope.


Tomamos el pedregoso cauce por la derecha. Por el transitaremos casi tres kilómetros rodeando la Roca del Penyacalva. Desde aquí abajo podemos apreciar lo que ha sido la bajada y la verdad es que impresiona. Ahora hay que alzar la vista para disfrutar.

Una vista más del Penyacalva desde el cauce del Montlleó

Y ahora el Cingle Verd


En la paredes del cauce hay excavado un refugio de pastor con una pequeña y adintelada entrada. En su interior hay un pozo seco.


Un poco más adelante nos topamos con una curiosa formación rocosa a modo de tetris. Mudo testigo de toda una historia geológica, es la Roca de la Teula.


Hay tramos en los que podemos evitar el incómodo y pedregoso cauce circulando por algún rastro de camino lateral.


En las proximidades del Mas del Forcall (lo veremos desde arriba) dejamos el cauce por la derecha.
Se acabó el "paseo". Ahora tenemos que recuperar el desnivel perdido, esos casi 600 m. que ahora serán de subida. ¡Y qué subida!. Hay que tomársela con calma. Primero, suave junto a unos abancalamientos.

Ahora toca subir
Enfrente, levantando la cabeza, vemos la curiosa formación rocosa dels Castellets.


Pero pronto comienza otro zigzagueo remontando el barranc dels Infernals.
La senda es una verdadera maravilla. Se interna en un frondoso bosque de carrascas, enebros, sabinas, brezos y pinos.



Todo tapizado de verde musgo. Atravesamos otra pedrera.

(by Manolo M.)


Allá abajo discurre el Montlleó y apreciamos el Mas del Forcall con sus campitos

Els Castellets y al fondo a la izquierda el Picaio
Seguimos remontando el barranco, ahora barranc de Penyacalva, por una preciosa senda empedrada.
Un verdadero disfrute.






La hiedra se retuerce sobre la carrasca ¿amor?


Llegamos a la cabecera del barranco, casi hemos culminado la subida, el paisaje se despeja y la pendiente se suaviza, entramos en el amplio azagador de la Picosa, flanqueado por muros de piedra seca.


Pasamos junto al bonito Mas de Penyacalva.


Llegando al Mas de Penyacalva
Un último tramo de pista cementada con la loma de Culla a la vista y ya estamos de vuelta en el campo de fútbol.


Me quedo con la sensación de haber sido partícipe de un maravilloso espectáculo con un decorado inolvidable. Por no hablar del resto de actores participantes, en especial MªJosé, con la que ya habíamos coincidido en alguna ruta y a la que damos la bienvenida al grupo.

(by J.Manuel)
Para que la cosa perdudara más, nos dimos el lujazo de pasear por las calles de Culla admirando sus preciosos rincones y rematar la jornada con una estupenda comida en el restaurante junto a esa venerable anciana que es la monumental Carrasca de Culla.

Unos calçots para chuparse los dedos (by Manolo M.)

La venerable Carrasca de Culla (by Manolo M.)
Adéu.