domingo, 8 de julio de 2012

PALOMAREJAS VERSIÓN 2012 (07/07/2012)

Para rematar el curso nada mejor que ponerse a remojo.
El lugar elegido va camino de convertirse en todo un clásico de fin de temporada, a tenor del éxito de crítica y del selecto grupo que aceptó la invitación para conocer una pequeña joya de nuestra geografía.
El coqueto barranco de las Palomarejas nos recibió este año con menos caudal que en otras ocasiones (cosa previsible en los tiempos que corren) pero igual de impresionante.
¿Cómo llegar?
Desde Valencia tomamos la A-3 hasta Utiel. Tomamos el desvío de la N-330 (Teruel) para abandonarla en la rotonda con indicación Benagéber CV-390. Vamos dirección al pantano de Benagéber. Cuando llevamos 18 kms por esta carretera estaremos atentos al desvío que nace a la izquierda con indicación Villanueva. Tomamos esta pista asfaltada desechando los desvíos. La pista pronto se convierte en tierra y comienza a descender. Llegamos a un cruce desestimando el desvío a la derecha (La Pardala) y continuando por la izquierda en dirección Charco Negro. Una vez cruzamos el puentecillo podemos aparcar. Han sido poco más de 8 kms desde el desvío de Villanueva y ya estamos en el inicio de nuestra aventurilla. Al bonito paraje del Charco Negro se llega por la derecha tras pasar el puente. Un área recreativa, hoy en deshuso por las lógicas prohibiciones en materia contra incendios. Hace ya bastantes años era una zona muy concurrida por los lugareños para tomar el baño (la piscina se clausuró) y pasar el día.
Bueno, toca ponerse el equipo acuático. Recomendable una camiseta para protegernos de algún rasguño traicionero, zapatillas, bañador (no indispensable), alguna bolsa estanca si queremos llevar algo de comida, cantimplora, cámara y poco más.
Hay que andar un poco por el PR-CV 124.4 (Sinarcas-Las Palomarejas) antes de adentrarnos en el barranco del Regajo de San Marcos (aunque lo conocemos más como Palomarejas, un caserío de la zona). Seguimos las marcas del PR que vadea el río en un par de ocasiones.




Una bonita chopera nos cobija y más adelante dejamos el PR, que se va por la derecha del cauce, para continuar junto a una pequeña acequia que se nutre del río.
Las paredes comienzan a estrecharse y ya estamos dentro del agua.

Aquí toca lanzarse al agua
Se nota la disminución el caudal, las marcas en las paredes de roca así lo demostrarán en todo el recorrido. Debido a eso, el agua fluye más lenta y reposada con lo que han proliferado más algas de lo habitual. Aun así está limpia y transparente, albergando gran cantidad de fauna acuática. Vimos barbos, algunos de considerable tamaño, ranas, sapos y hasta un par de culebras.
Aparecen las primeras pozas y toca nadar.



El tramo más espectacular llega después. Las altas paredes se estrechan tanto que las puedes tocar con los brazos en cruz. Miras hacia arriba y apenas entra la luz. En las paredes se enraizan algunos árboles.
Cada giro nos depara nuevas sorpresas.



Troncos encajados desde hace muchos años, alguna cascada que toca trepar y nuevas pozas para nadar.




Y así remontamos poco a poco el barranco hasta que se abre y deja que el sol nos caliente. Allí reposamos un poco antes de iniciar el descenso.
Cada rincón vuelve a sorprendernos desde otro punto de vista. Aprovechamos para dejarnos llevar por la corriente y saltar las pocas pozas cuya profundidad nos lo permite.

¡Vaya estilo!
Los colores de la roca, verdosos, amarillos, rojizos, nos dejan asombrados.
Poco a poco bajamos hasta salir a campo abierto, ya de vuelta. El soleado paseo hasta el Charco Negro nos reconforta y nos seca.
Son casi 8 kms (ida y vuelta) en 3 horas y media para guardar como un tesoro.
Antes de cerrar la crónica, una nota importante: ni se os ocurra hacer el barranco en época lluviosa o tras alguna tormenta, puede resultar muy peligroso. Recordad que no tiene escapatoria alguna.
Unas cervecitas fresquitas nos esperan antes de regresar a Utiel donde dimos cuenta de una estupenda comida en el Restaurante el Tollo (buena relación calidad-precio).
Una estupenda despedida de curso (algunos se resistirán todavía y ya esperan al próximo sábado para rematar).

Fernando, el autor del reportaje fotográfico...¡Gracias!
Mis compañeros de ruta seguro que guardarán un grato recuerdo del sorprendente lugar y de tan divertido día.




Mi próxima cita...Hendaya again...
Adéu.



miércoles, 4 de julio de 2012

CASTILLO DE CHIREL (COFRENTES) Y CUEVA DE DON JUAN (JALANCE) (30/06/2012)

Estoy triste, por no decirlo con otras palabras,...aunque no me lo puedo aguantar. ¡Estoy JODIDO!. Y que me perdonen los oídos finos por el palabro.
Convencido estoy de que compartiréis este sentimiento tras el desastre que se ha originado por la grave imprudencia de algunos, la dejadez y absentismo en temas medioambientales de nuestros políticos, el descontrol, la falta de coordinación y de medios, etc,etc... Y añado, la adversa climatología, la sequía y la falta de cuidado de nuestros montes (eso lo comprobamos todos nosotros cada vez que salimos y que se ha agravado en el último año). Todo esto ha conformado un cóctel explosivo que tarde o temprano tenía que estallar. Y estalló. ¡ Qué duro va a ser volver a pisar la tierra quemada de Cortes, de Dos Aguas, de Andilla, Bejís y otros tantos pueblos !
Poco más puedo comentar, lamentarme de nuevo por la herencia que dejamos a nuestros hijos y nietos.

El fuego a los pies de la sierra de Martés
Este sábado teníamos programada esta ruta antes de que se produjeran los incendios y decidimos mantenerla a sabiendas de que, a pesar de la proximidad, no se iba a ver afectada, afortunadamente. Aunque no pudimos realizar la ruta fluvial por el Júcar (prohibieron la navegación al barco turístico de Cofrentes a Cortes) y como complemento a la jornada andarina visitamos la Cueva de Don Juan en Jalance. Muy recomendable, por cierto.
Y allá que fuimos. A Cofrentes, me refiero. Más concretamente a la presa del Embalse de Embarcaderos, a la que accedemos por una carretera que sale antes de llegar a Cofrentes (por la izquierda si venimos desde Requena) y que bordea el pantano hasta el embarcadero desde donde sale el barco turístico.
Allí hay una zona bien acondicionada y parking.

Embalse de Embarcaderos

Otra vez será...
Nos vamos al Castillo de Chirel. Para ello, allí mismo, tomamos un camino señalizado como PR-CV 382 que remonta el barranco de la Señora que viene a desaguar al embalse.



Conforme subimos dejamos a nuestras espaldas bonitas vistas del pantano.

Vista del embalse de Embarcaderos
El camino se convierte en senda  hasta llegar, 2.5 kms después, a la carretera de Cofrentes a Cortes de Pallás. Transitaremos inevitablemente por ella durante 1.6 kms. hasta dejarla por la derecha a la vista del poste indicador del Castillo. Aquí la senda se empina aunque en su primer tramo está escalonada.

Comienzo de la subida al castillo
Ya lo divisamos entre los pinos. Más arriba se despeja la vista y unos miradores nos ofrecen las primeras vistas del Júcar retenido por la presa de Cortes.
Vemos a lo lejos en dirección noreste, con el fondo de la Sierra de Martés, los primeros rastros del incendio. Una inmensa nube de humo y las llamas todavía visibles nos dan una idea de la magnitud del desastre.

Embalse de Cortes y al fondo dos focos del incendio, el de la izquierda bajo la sierra de Martés
Otro foco activo se divisa también más hacia el este. De vez en cuando pasaba un hidroavión descargando. No vimos más medios aéreos, os lo aseguro.
Pero a lo que vamos...
Ya tenemos a nuestro alcance el majestuoso castillo de Chirel en su atalaya.
    
                            
                                     Panorámica móvil con el fuego, la Sierra de Martés, el embalse de Cortes y el castillo de Chirel

Llama la atención lo bien conservado que está, sobre todo sus dos torres y las murallas.
Accedemos a él a través de dos puertas con arco entre medio punto y ojival, rematadas por el escudo del barón de Cortes de Pallás.


Su robustez e inaccesibilidad han contribuido, a lo largo de la historia, a su buen estado además de su rehabilitación, hoy en día paralizada (es lo que tiene la "crisis").



Domina los meandros del Júcar, puerta de acceso desde Castilla. Enfrente, la Muela de Cortes, el valle de Cofrentes hacia el oeste y al norte la sierra de Martés.

                             
                              Panorama móvil de la muela de Cortes, el Júcar, el Castillo...y las cabras de Rocacoscolla

Tras el almuerzo a la sombra de sus murallas visitamos una de sus torres accesible por un boquete en su pared. Una vez dentro se puede ascender a lo alto por las escaleras interiores, en buen estado.
Si las piedras hablaran, que hablan, nos contarían historias de batallas, de sublevaciones moriscas, de represión...



Una vez recorrido, nos acercamos al borde sur del peñasco para admirar las vistas del río retorciéndose allá abajo, con sus aguas esmeraldas. Una estupenda y vertiginosa panorámica.


Bueno, ahora toca bajar y deshacer lo andado hasta el embalse por el PR, de nuevo. El sol empezaba a picar pero se hizo llevadero.
En el Embarcadero nos esperaban MªAmparo, Amelia y Manolo Moliner. Tras refrescarnos un poco por dentro y por fuera nos trasladamos a la cueva de Don Juan, a 12 kms de Jalance (está indicado al llegar al pueblo) para hacer una visita guiada de 45 minutos (7 €) muy recomendable. Una verdadera maravilla, desconocida para muchos, que gestiona el ayuntamiento de Jalance y que habrá que preservar.




La jornada se remató con una excelente comida en Jalance (Restaurante la Piscina) donde tuvimos la visita de nuestro buen amigo Jesús García (http://www.facebook.com/suelas.desgastadas y http://es.wikiloc.com/wikiloc/user.do?id=173424) residente y buen conocedor de la zona, con el que hemos tenido el placer de compartir alguna ruta. ¡Un abrazo, Jesús!.

En el Castillo de Chirel (by J.Manuel)

Al completo en la entrada a la Cueva de Don Juan

Y así transcurrió nuestra penúltima salida en grupo antes del descanso estival.
Bueno, descanso relativo...
En tres semanas nos vamos al Pirineo...
¿Os suena algo lo de la HRP?.
Adéu.