lunes, 25 de junio de 2012

NACIMIENTO DEL RÍO MIJARES DESDE EL CASTELLAR (23/06/2012)

Un día para el recuerdo.
Por la ruta propiamente dicha y por la compañía, hoy por hoy binomio inseparable para el abajo firmante.
Como si de un "encuentro bloguero" se tratara, sin ánimo de hacer competencia al "oficial" (el próximo, ya en su 4ª edición organizado por  Los amigos de Casiaventurilla  no me lo pierdo), J.Manuel Roca (Rocacoscolla) convocó esta cita a la que se unieron nuestros amigos de CasiaventurillaÁngel SalomSimón CorresendasToni Martín y amigosDesplome de Onda y el Club Navalón de Sagunt.
Treinta y dos apuestos senderistas y un can dispuestos a pasarlo bien por los preciosos rincones que nos regala la sierra de Gúdar.
La propuesta era llegar al nacimiento del río Mijares desde la población turolense de El Castellar.


Un río que nos ha regalado bonitas rutas una vez se adentra en tierras castellonenses y que ahora íbamos a remontar hasta encontrar sus fuentes.
Además, y como enseguida os cuento, descubrimos una espectacular sierra (del Chaparral o Portillo Ramiro) y los barrancos que la surcan desde donde manan frescas aguas que enriquecen la comarca de Gúdar.
Nos basamos para ello en el track de Santigrau, conocedor de la zona. A la postre resultó casi indispensable seguirlo por la ausencia de señales y marcas en la mayor parte del recorrido.


Una vez todos reunidos en la plaza del Castellar y pasadas las 8h de la mañana, comenzamos a caminar
en dirección al barranco de las Malezas y su fuente. Una poste a la salida del pueblo nos indica la dirección a seguir.


La senda nos lleva junto al cauce del río Valbona que nace justamente en la fuente de las Malezas y regalará sus aguas al Mijares.


Por el barranco de las Malezas
Lo vadearemos sin problemas en alguna ocasión mientras ascendemos hasta llegar al prado donde se encuentra el Mas del Rebollar Alto.




Panorama del paraje del Mas del Rebollar
A partir de ahí el barranco se va encajonando hasta llegar a la fuente, a buen recaudo en una caseta.


Remontando el barranco de las Malezas, abajo la caseta de la fuente.
Seguimos remontando por la senda y toca rebasar una valla de alambre y no será la única.

Simón ayudando con la valla a Fernando
Pasamos junto a una cueva cerrada por un corral para el ganado.


Un poco más adelante encontramos una soleada y verde ladera con bonitas vistas sobre el valle y el pueblo del Castellar. Como ya nos habíamos ganado el almuerzo no era cosa de rechazarlo y allí mismo cumplimos con el sano ritual del bocata, la bota de vino, los cafés y algún licorcillo que otro. Sí, sí que es dura la vida del senderista...

Rematando el almuerzo
Estamos en la cota 1500 m. y los pinos van dejando paso a los prados de montaña, los enebros y las sabinas rastreras.
Más arriba encontramos unos riscos que nos invitan a dejar la senda para treparlos y así lo hicimos. Más vistas para inmortalizar.

Hacia las peñas...si es que la cabra tira al monte...!!!

Ahora toca bajarlas...
Localizamos la cabecera del barranco que nos llevará hasta el nacimiento del Mijares y toca bajar por él sorteando los bloques de piedra y siguiendo algunas marcas de pintura verde fosfo. Aparecen los primeros rastros de agua que se escurre entre pozas y charcos en un ambiente de gran belleza.

De bajada hacia el nacimiento del Mijares
Como el agua siempre fluye hacia abajo toca remontar un poco hasta localizar lo que parece ser el primer manantial del Mijares. Una cruz pintada y otra de ramas parece dignificar el lugar.

El nacimiento del Mijares (el fosfo sobraba).
El musgo, la hierba, las florecillas (preciosas y abundantes las orquídeas) el riachuelo en descenso, los bloques de piedra que redibujan el cauce, la cascada de caliza tobácea tapizada de musgo, dotan a este paraje de una belleza singular.

Una orquídea abundante en la zona (Dactylorhiza fuchsii)


Bajamos siguiendo el curso del riachuelo disfrutando de encanto del lugar hasta enlazar con una pista que tomamos hacia la derecha. Tras un pequeño trecho por una magnífica pinada dejamos la pista para adentrarnos por otro barranco que sale por la derecha y que nos conduce a la fuente la Diana y su abrevadero.

Abrevadero de la fuente de la Diana
Allí hicimos la foto de grupo que hoy requería un escenario a medida.
Tras el indispensable testimonio gráfico hubo quien optó por seguir subiendo el barranco, que se cierra con grandes bloques de piedra que se trepan sin dificultad, y otros que los rodearon hasta salir  de nuevo a la pista con señales de PR-TE 28.


Seguiremos la pista por la izquierda para abandonarla, un poco campo a través, para acercarnos a la cresta de la sierra del Chaparral y disfrutar con las vistas que nos ofrece. Un verdadero lujo el poder contemplarlas, sí señor.


Vistas desde el punto más alto de la ruta
Fotos panorámicas obligatorias.
Recorremos la cresta en dirección sur para comenzar a descender bruscamente pasando junto a una trinchera de la guerra civil.

José y Mari atrincherados.
Un pequeño destrepe y luego un vertiginoso descenso con pedrera al principio. Aquí cada uno fue a su ritmo. La exigente bajadita así lo requería.


Al final enlazamos con la pista del Chaparral. Ángel Salom propuso acercarnos siguiendo la pista por la derecha a la fuente de la Canaleta que tenía localizada en su mapa. Feliz hallazgo éste. El agua manaba fresquísima y nos remojamos por dentro y por fuera. Una gozada.


Fuente y abrevadero de la Canaleta...nos vino de perlas.
Volvemos sobre nuestros pasos para continuar en la otra dirección hasta tener a la vista un corral abandonado y una balsa más abajo. Allí sale una senda que nos bajará hasta la Masía de la Andihuela que ya divisamos allá abajo.


Bajando de la sierra.
Masía de la Andihuela

Panorámica de la sierra del Chaparral desde la Masía Andihuela
El grupo se había roto en varios trozos y hubo que reagruparse antes de enfilar el último tramo de la ruta.
Un último tramo que, como no podía ser de otra manera, nos deparó otra agradable sorpresa, el barranco de la Andihuela. La senda no tiene desperdicio. La vegetación de ribera se manifiesta aquí esplendorosa. El color ferruginoso de la roca y las areniscas daban un toque lunar a este tramo. La ladera de enfrente con su pinada, el rumor del agua y sus pozas.


Barranco de la Andihuela
Un bonito remate para la jornada y eso que íbamos a toda pastilla. Con el castillo del Castellar a la vista, una última subida tras atravesar el río Valbona, y ¡ale-hop!... redondeamos un memorable sábado.

Llegando al Castellar
El redondeo vino después, con la comida que celebramos en Mora de Rubielos, a la que se unió Merche, Ana, Laura, Teo y un futuro senderista...Pau, para disfrute de su abuelo que se le caía la baba, por cierto.
En los cafés pudimos reirnos un buen rato con la batalla de chistes de los Ximo's, antes de volver a casa.


Fin de fiesta en el "Fogón de Mora"...de Rubielos.
En mi caso, más contento que unas pascuas. Por haber disfrutado de una de la rutas más bonitas de esta temporada (sin temor a equivocarme) y de una compañía de lujo. ¡Sí señor!.

Vaya lujazo de gente ...(by J.Manuel).
Adéu.



miércoles, 20 de junio de 2012

GR-7 (16) CASAS DE BENALÍ - VALLADA (16/06/2012)

¡ Ozú que caló...!
Nos despedimos de nuestro querido GR-7 hasta la temporada otoño-invierno, dios mediante.
Y como despedida 28 kms. de sangre (poca), sudor (mucho), lágrimas (ni una) y adelfas (miles).
En esta etapa dejaremos atrás el macizo del Caroig y la Canal de Navarrés para adentrarnos en la Costera.
De noche salimos de Valencia y, volviendo a las viejas costumbres logísticas, recurrimos al taxi para trasladarnos desde Vallada al Caserío de Benalí.
No eran las 8 h. y a buen ritmo iniciábamos la andadura.
Un bonito paseo flanqueado por un murete de piedra encalada nos aleja del Caserío.

Adiós Benalí...

Allá que vamos...

Saliendo del Caserío de Benalí.

En este inicio de ruta nos acompañó un coro de mariposas que reboloteaban desperezándose con los primeros rayos de sol. Un bonito espectáculo.


Nada más destacable hasta kilómetro y medio después. En ese punto, y tras cruzar la carretera CV-5840 abandonamos momentáneamente el GR para desviarnos hacia el barranco de la Carrasca, ruta señalizada como SL.V.7.


Esta opción alarga la ruta poco más de un kilómetro pero vale realmente la pena. Así lo aconseja nuestro particular "gurú" Esteban Cuéllar en su guia para recorrer el GR-7 y así lo diseñó J.Manuel que ya conocía el mencionado barranco. Una ligera bajadita y entramos a la cabecera del barranco a través de un estrecho pasadizo.

Bego y J.Manuel en el pasadizo

Ximo atravesando el forat del pasadizo

Ximo, Manolo y J.Manuel en el pasadizo de acceso al barranco de la Carrasca
Lo atravesamos y se abre ante nosotros un bonito anfiteatro. Una balma semicircular lo cierra. La vegetación es exhuberante y todo lo cubre, pinos, carrascas, coscoja, palmitos, higueras, romeros tapizan el barranco. Como ya hemos vistos en otros lugares el agua brilla por su ausencia, tan solo un charquito allá abajo. A pesar de ello se respira la humedad en este bonito rincón.



El bonito barranco de la Carrasca
Una sendita nos saca hacia el paraje del Alto de Pepe Rafael donde se abre un verde valle surcado de barrancos donde destaca la Casa de la Guarañonera y hacia ella bajamos pasando bajo unos apriscos.

La casa de la Guarañonera en el valle y la loma del Tintorero



Sorteamos la casa por la izquierda y a partir de ahí las señales se esfuman. Con un poco de intuición y sabiendo que seguimos descendiendo hacia el barranco de la Higueraza, nos reencontramos con un hilillo de senda tapizada de monte bajo que dificulta el andar y te garantiza (si vas en pantalón corto como era mi caso) una buena "depilación". Es como si te pelearas con un gato rabioso y acabas hecho un cristo, de ahí lo de la "sangre".
Cruzamos el barranco y llegamos al lecho de otro, el de la Umbría. Y como hacía honor a su nombre y el calor y el apetito ya hacía rato que nos incordiaban, allí mismo hicimos la parada y fonda.

Almorzando en el barranco de la Umbría
De este barranco destacar los cantiles que lo cierran y la profusión de adelfas o baladres en flor que proliferan por su lecho. Una constante en adelante.

La flor del día fue la del baladre (Nerium oleander)... y Begoña ( Cantábricum campeonísimus) por supuesto!!!
Tras el almuerzo tocaba subir por la loma del Tintorero prestando atención a las marcas sobre las piedras. La senda se las trae. Seguimos acumulando arañazos como si de heridas de guerra se tratara.
Pasamos junto a la casa del Pupo y más adelante dejamos a la derecha el Tintorero.

Original depósito de agua en la casa del Pupo
Luego cruzamos la carretera CV-590 (Enguera - Ayora) para continuar en llano hasta la casa de los Calderones con su carrasca pegada y una gran higuera. Estos serán los últimos árboles capaces de dar buena sombra en lo que nos queda de ruta... o casi, casi.

Casa de los Calderones
Andamos ahora por una pista que discurre bajo un sol abrasador. Cuéllar deja patente el hecho de que no pudo ejercer su función como cortafuegos, como podemos bien observar durante varios kilómetros por una meseta deforestada por los repetidos incendios que se dieron por la zona (el último y más grave en 1985).
Dejamos la aburrida pista en un cruce por la derecha en dirección hacia el barranco de la Boquilla. Las vistas son majestuosas a pesar del desolado paisaje.

Bajando hacia el barranco Boquilla
Llegamos a una pista que tomamos hacia la izquierda en las inmediaciones de la casa del Chorrillo.

La casa del Chorrillo
Al volver la vista atrás destaca una preciosa cresta con dos ventanas.


A partir de ahí el recorrido se reduce a caminar sobre el lecho del barranco Boquilla que se retuerce en un sinfín de meandros, flanqueado por paredes y cintos espectaculares.

10 kms por el espectacular barranco Boquilla
Lo vadearemos multitud de veces entre rocas y cantos rodados. No esperéis ni una maldita sombra, ni una gota de agua. Y así durante más de 10 kms. Bajo un calor sofocante que puso a prueba nuestra resistencia.
A mí me movía el pensar en las cervezotas fresquitas que nos esperaban en las neveritas, allá en Vallada.
Esto te pone las pilas y hace que no te pares ni a hacer una maldita foto.
El barranco en otras condiciones y en otra época merece ser disfrutado, pero hoy había que salir de allí "cagando leches". Es lo que tiene esto del GR.
Bueno, ya salimos del barranquito...ya salimos...
Pasamos junto a una presa y unos pozos antes de cruzar bajo los puentes del tren y de la autovía.


 Rafa encabezando el grupo bajo la autovía.
Allí nos encontramos con el río Canyoles que nos acompañará casi hasta Vallada.

El río Canyoles cerca de Vallada
Los últimos cuatro kilómetros se hacen eternos y eso que vamos sobre la eterna "Vía Augusta".


Un último esfuerzo con el asfalto haciendo de parrilla bajo nuestros pies y entramos en la población.

Por fin...entramos en Vallada.
Urgía llegar a los coches y refrescarse antes de ir a comer Montesa (Restaurante el Ramallar, junto al castillo...buena elección, Ximo).

¡ Qué colorcito de piel...! (by J.Manuel)
¡ Y lo morenitos que estamos...qué...!.
Y decimos adiós al GR hasta pasado el verano.
Me refiero al GR-7...
Porque otros GRs más fresquitos tenemos entre ceja y ceja para dentro de muy...muy poco...
To be continued...
Adéu.