martes, 31 de enero de 2012

GR-7 (11) BENAGÉBER - CV-395 - CHERA (28/01/2012)

Seguimos avanzando por nuestro querido GR-7.
Etapa casi maratoniana que representa nuestro particular "paso del ecuador" en nuestra aventura. Ya hemos degustado la mitad del GR a su paso por nuestra Comunidad, y vamos a por la otra mitad.
La previsión era recorrer 34,5 Kms en la ruta de hoy, pero con el IVA se transformaron en 38 Kms.
Es lo que ocurre cuando te dicen un precio, la mayoría de las veces hay que añadirle el IVA. En nuestro caso la "propinilla" fueron más de 3 Kms de carretera hasta Chera, bonita población por cierto.
Con los primeros rayos de sol llegamos a la ermita de San Isidro de Benagéber. Cielo cubierto al alba, lo cual hizo que la temperatura no fuera muy, muy fría. En el transcurso de la mañana esas nubes se irían disipando dejándonos un precioso día, ideal para sendear.

Comienzo de etapa

Reapareció Ximo en el equipo habitual tras su paso por el quirófano para reparar su maltrecha rodilla. Mis felicitaciones para él (vaya narices que le echó para zamparse todo el etapón) y para los médicos y rehabilitadores por su excelente trabajo. Vamos Ximo, si parecías un deportista de élite...
A lo que vamos...
Etapa serrana aunque de perfil suave. Casi en su totalidad por pista. Monótono sí, pero disfrutando del bello paisaje sin tener que preocuparte de perder la orientación y sin la molestia de las espinosas aliagas.
Salimos de Benagéber en dirección al collado de Nieva. Ascendemos por el camino de los Visos y hacia el norte apreciamos toda la garganta del Turia  abriéndose paso entre las montañas.

La garganta del Turia y el caserío de Barchel

Nos despedimos del Turia

El GR abandona esta pista de los Visos para retomarla más tarde antes del collado de Nieva. Atravesamos una zona que fue devorada por un devastador fuego ,intencionado por cierto, allá por 1994 y que se recupera poco a poco. Una de las zonas más salvajes de nuestra Comunidad que parece renacer de sus cenizas. Tras pasar los corrales en ruina de la casa del Viso destaca a nuestra derecha el Pico de la Atalaya y muy al fondo, la silueta de la Sierra del Negrete. Un breve descenso y llegamos al cruce de caminos del collado de Nieva.

Hacia el collado de Nieva


Allí tomamos la pista hacia la izquierda en dirección a la fuente de Chelva. A la derecha veremos las ruinas del mas de Cervera con sus arcadas todavía en pie. Una original construcción.

Ruinas del Mas de Cervera
Un depósito de agua a la izquierda y pocos metros más adelante la fuente de Chiva. Buen lugar para reponer fuerzas.

Fuente de Chelva
Y seguimos... La pista continúa rodeando la Atalaya y comenzamos a descender. Una bonita postal se dibuja al frente. Un precioso valle a los pies de la sierra del Negrete. Precioso y limpio pinar con bancales de cultivo aprovechando los claros. En la falda de la sierra se divisa la aldea de Villar de Tejas.

La sierra del Negrete al fondo

Así, llaneando entre los magníficos pinos rodenos, serprentea la pista. Algunos "tramposos" (y no miro a nadie) deciden ahorrarse unos metros de GR tomando un atajo, cosa totalmente prohibida por la legislación del buen GRista. Habrá que penalizarlos de alguna manera...jejejeje!!!.
Una vez reunidos continuamos a buen ritmo. 
Llegamos después a la vaguada del río Reatillo, que nace por estos lares alimentado por los barrancos del Cacho y del Charco Herrero, entre otros. Un bonito lugar. Se adivinan algunas pozas entre la vegetación de ribera. Abandonaremos la compañía del Reatillo, para retomarlo más adelante. Ahora vamos por la pista de Prado Gordo que, después de un pequeño ascenso, nos conducirá hasta el refugio de las Lomas (del antiguo Icona). Un buen lugar para tomarse un respiro, en nuestro caso. Un buen cobijo en caso de necesidad. Nosotros lo aprovechamos para la foto de grupo en su soleado porche.

Rafa descansando a su llegada al Refugio de las Lomas

En el paisaje predominan ahora las carrascas y algún roble. Evitamos el desvío de la Fonfrilla para tomar más adelante el camino de la fuente de la Puerca a la derecha. 
La pista se transforma en senda (ya apetecía) y comenzamos un descenso. La senda pasa a senderillo cada vez más estrecho. Seguimos bajando. El senderillo en "v" más bien parece un canal torrentero que acaba dejándonos en el lecho del Reatillo, de nuevo.

La bajada hasta el Reatillo
Es la parte más espectacular, con diferencia, de la ruta. El río discurre entre los riscos del peñón del Charco de las Anguilas (aunque no vimos ninguna). Las pozas, a la sombra de los riscos, estaban completamente heladas.


El Reatillo helado
No creo que reciban muchos rayos de sol. Disfrutamos del lugar, sin duda.

Ximo ante una poza del Reatillo
Vadeamos un par de veces el río y a la altura del desvío del camino de Chera (cruce con señales de GR-238 hacia Villar de Olmos) encontramos unas rocas bañadas por el sol. Lugar ideal para comer. Ya nos queda poco pero lo primero es lo primero.

Tras una agradable y soleada comida
- Ximo ¿cómo vas?.
- Regulín, pero aguantando como un jabato. 
Después de este descanso y de reponer fuerzas, mucho mejor.
Vuelve la pista de nuevo. Ahora el GR discurre sobre el trazado del camino de Chera. Estamos de nuevo ascendiendo dejando el cauce del Reatillo a nuestra derecha. Llegamos a un collado y se abre ante nuestros ojos la preciosa y verde postal de la sierra del Tejo. Una gozada para la vista. Se ha quedado una tarde soleada, muy agradable. Se agradece con los kilómetros acumulados en nuestras piernas.
Además el resto de pista hasta la carretera CV-395 (Requena-Chera) ya es todo en suave descenso y siempre con el maravilloso telón de fondo de la sierra del Tejo al frente y con las imponentes paredes del pico Cinco Pinos a nuestra izquierda.

La preciosa sierra del Tejo como telón de fondo

El pico Cinco Pinos
Pero queda un último obstáculo que salvar. Sin dejar la pista en ningún momento (algún track o descripción del GR invitan a abandonarla, aunque no vimos señales) aparecemos ante la valla que cierra el paso a los vehículos en la entrada de la finca de Valiente. Se supera por su lado izquierdo. Nos adentramos por la finca, bien cuidada por cierto. Una alambrada la delimita. Aparecen algunas marcas blanquirrojas lo que nos indica que, efectivamente vamos por el buen camino. Una hermosa carrasca nos saluda desde el otro lado de la valla (cartel de "cuidado con el perro").

Carrasca centenaria en la finca de Valiente, muy bien protegida por cierto (valla y perro)
Bajamos bordeando el barranco de Mardaniz, todavía dentro de la finca. Ya tenemos a la vista en la lejanía una curva de la carretera. Sorteamos la verja que cierra el camino de la casa de Valiente y en pocos minutos llegamos al asfalto de la CV-395.

Entrada a la finca Valiente

Cruce con la CV-395, fin de etapa
El GR la cruza para dirigirse hacia el caserío del Reatillo, pero nosotros lo abandonamos para pasearnos unos kilómetros por el asfalto en dirección Chera.

Volviendo a Chera...la sombra del senderista es alargada...

La tarde es preciosa pero comienza a refrescar. No es que nos apetezca mucho lo del asfalto, con la panzada de kilómetros que llevamos. No es que queramos hacer un poco de turismo por Chera y alrededores, no..... Es que ........tenemos los coches a la entrada del pueblo!!!. Luego dicen que por la noche todos los gatos son pardos...Y tienen razón. Ale, son la 17:30h. y nos vamos para casa, que ya está bien por hoy.
- Ximo ¿como vas?
- De lujo ché!!! (un crack este Ximo).

La foto de grupo con retraso:

¡ Qué tiempos aquellos ...! (by J.Manuel)

To be continued....











lunes, 23 de enero de 2012

JAVALAMBRE BIS (21/01/2012)

Una jornada invernal para disfrutar, montañera como pocas, bella y dura.
Dureza incrementada por la nieve, presente en toda la ruta. Y nosotros que pensábamos que, con un poco de suerte, pillaríamos algún rodal de la nieve caída entre semana...Ya lo creo que la pisamos, ya...Solamente durante 18kms, jejejeje. Y en algunos tramos hasta las rodillas.
Ale! abrigarse bien, que comenzamos...
Con los primeros rayos de sol apareciendo por nuestras espaldas llegamos a Sarrión. Temperatura exterior 0ºC. Podría ser peor. Nos encaminamos al Polaco Pescater. Aparece la nieve en la carretera. Abrimos huella sin problemas. Suerte de ir en un único coche, 4x4. La vuelta será otro cantar, pero no adelantemos acontecimientos...
El Polaco... helado, como deben estar sus paisanos centroeuropeos.

El Polaco helado

Dejamos el coche al cobijo de una bella sabina. Nos tapamos hasta las cejas y a la vista del blanco paisaje todo hace presagiar que nieve va a haber. Ya lo creo que sí. Comenzamos a andar por la pista de en medio en ligero ascenso. Pronto estamos junto a los paneles informativos de las trincheras y demás fortificaciones del barranco de la Hoz. Como ya las conocíamos las ignoramos y seguimos hasta los corrales de la Laguna.
Corral de la Laguna

Los atravesamos y seguimos por la pista en ligero descenso. Al poco desechamos un cruce a la derecha (nos llevaría a la fuente del Enebro, también conocida). Seguimos bajando hasta el siguiente cruce que tomamos a la izquierda. Cruzamos el barranco de la Hoz para seguir por la pista de la Sierra. Ni que decir tiene que la pista es una alfombra de nieve. Por momentos el grosor de la blanca capa va aumentando y cuesta ir abriendo huella. Cierto es que en la ingrata faena de ir delante hincando las botas y marcando el camino, nadie se escaqueó. Todos pusimos de nuestra parte.
Conforme vamos subiendo las vistas ganan en belleza. A nuestra derecha y a lo lejos divisamos los corrales de Redón con el ganado ramoneando a su alrededor. Las terrazas de cultivo cubiertas de nieve nos dejan una bonita postal.

Corrales de Redón

Aparece ante nosotros un precioso vallecillo. Allí se abre el barranco de la Zarzuela con su fuente, su abrevadero y su corral. Un buen lugar para reponer fuerzas si no fuera por un molesto y gélido viento que hizo acto de presencia. La fuente estaba helada y el abrevadero parecía una estrecha pista de patinaje, como pudo comprobar Toni.



Fuente de la Zarzuela

Decidimos remontar la ladera de enfrente, ya dominada por la presencia del Javalambre Bis, buscando una mejor ubicación para almorzar. Un enebro de buen porte nos protegió del viento. Faltó el vino pero no el café calentito de Rafa que nos reconfortó un montón. Y menos mal porque la subida al Javalambre Bis iba a ser  durilla. Mejor le quito el diminutivo. Dura, dura (Dura Bis).
El nombre de Javalambre Bis tiene su aquel (desconozco quién lo bautizó). Debe de ser para diferenciarlo de su hermano gemelo, vendido a la civilización y colonizado por antenas y remontes para disfrute de los amantes del esquí. El Bis permanece salvaje, intacto, tan solo marcado por el vértice geodésico que culmina su cima.
Pues a él que nos dirigimos. Alcanzamos primero un colladito a sus pies con algunos mojones semicubiertos por la nieve. A partir de ahí, y sabiendo el objetivo, cada uno buscó la subida más cómoda. La nieve tan pronto era dura y compacta como blanda que te hacía hincar las piernas hasta las rodillas. Tan pronto ocultaba rocas como camuflaba cojines de monja o sabinas rastreras. Era una lotería. Y así, poco a poco, fuimos superando el desnivel. Fue un alivio encontrar, casi en la cima, una pedrera sin nieve; antesala de la cumbre.
Las vistas desde lo alto fueron lo mejor del día. Lástima del fuerte viento que nos helaba hasta la médula.
Enfrente apareció el hermano gemelo con sus antenas y los remontes en plena actividad. Aquí, sin embargo, reinaba la paz y el silencio (bueno solamente se oía el rugir del cierzo).

En el Javalambre Bis (al fondo el hermano con las antenas)

Fotos de rigor. La de grupo costó lo suyo con la amenaza de congelación de los dedos de J.Manuel.

Panorámica desde el Javalambre Bis
Los 5 en la cima aguantando la gélida ventolera (by J.Manuel)

Como apetecer no apetecía mucho, no permanecimos más tiempo en este congelador y raudos y veloces descendimos con el barranco de la Dehesa a la vista. Y para allí que fuimos.
El barranco nos recibió con nieve hasta las rodillas.

Rafa bajando del Javalambre Bis

Hubo quien aprovechó esta almohada para hacer la croqueta.

Rafa y su intento de croqueta

El barranco con su vestido blanco era realmente bonito.


Barranco de la Dehesa
Y así continuamos bajando poco a poco hasta que se abre a la altura del corral de Santiago. Aquí los campos de cereal acumulaban dos palmos de nieve, aunque la imagen de los 5 caminando por ellos era realmente preciosa.

A la altura del corral de Santiago
Nos volvimos a encajonar en el siguiente barranco, el del Tajo. Aquí la vegetación espinosa de los rosales silvestres y las zarzas, combinada con la persistente capa de nieve hizo más dificultosa, si cabe, la  marcha. Pasamos junto a la fuente y abrevadero del mismo nombre, helada por supuesto. Y en los abrigos rocosos próximos nos encontramos con una paridera (recuerdo los relatos y anécdotas de Pascual Paricio, que nos guió por estos lares en una anterior visita).


Arriba Vicente y J.Manuel, abajo Toni en el abrevadero helado de la fuente del Tajo
En la confluencia de este barranco con el de la Hoz nace una senda por la ladera izquierda que nos elevará hasta los corrales de la Laguna de nuevo. Este fue el tramo con menos nieve.
Una vez en la pista pronto llegamos al Polaco Pescater que seguía, como no, helado.
Unas chuches y unas galletitas y al coche.
El regreso hasta Sarrión fue otro cantar. El paso de algunos vehículos había compactado la nieve convirtiéndola ,con estas temperaturas, en hielo. Verdaderas placas de hielo, más persistentes en las umbrías. Esto hizo que, a pesar de la precaución, el coche me patinara. Fue imposible controlarlo y ,por suerte o milagro, impactamos contra la pared de roca de la derecha. A la izquierda nos esperaba una caída importante hasta el barranco. El coche giró 180º y pude detenerlo. A partir de ahí y gracias a la colaboración de mis compañeros (ni ellos podían mantener el equilibrio fuera) poco a poco fuimos evitando el hielo y pudimos regresar hasta el pueblo. En fin, lo que podía haber acabado en tragedia quedó en un buen susto. Podemos contarlo.

Faena para el chapista
Agradezco profundamente a Vicente, Rafa, J.Manuel y Toni su esfuerzo por guiarme para salir de esa trampa helada.
Después de esta experiencia solo puedo recomendaros mucha precaución. No os olvidéis de las cadenas. La carretera puede resultar mucho más peligrosa que la montaña. Sobre todo en invierno.
En fin, una más para contar.
La próxima semana tenemos una cita con nuestro viejo compañero...el GR-7. Allí estaré para contarlo.
Adeu.


martes, 17 de enero de 2012

BARRANCO DEL FRESNAL (14/01/2012)

No está nada mal, después de una ruta durilla como la anterior, hacer una ,digamos, "light".
"Light" porque apenas entraña dificultad y apenas fueron 13kms.
A pesar de lo cual no deja de tener sus atractivos.
Se presentaba una mañana bastante fría por estos lares de la Hoya de Buñol. Caras nuevas en el grupo y algún reencuentro.
Estaba amaneciendo cuando llegábamos al punto de inicio, al que accedimos desde la A-3 y tomando el desvío de Las Moratillas-Fuente Umbría. Tras atravesar el Centro Penitenciario en construcción (pronto se llenará con la que está cayendo) y una vez rebasada la Granja Meteor dejamos los coches junto al camino.


Fresquito ¡eh!

Aquí comienza la pista que nos conducirá, entre campos de cultivo hasta un sendero casi imperceptible que se adentra ,sorteando romeros y aliagas, en una pinada de la que saldremos poco después de nuevo a pista a la altura de un viñedo. La escarcha, persistente casi toda la mañana, nos deja aquí un paisaje muy pintoresco. El monte bajo se cubre de terciopelo ceniciento fruto de las bajas temperaturas.


Escarcha

En algunos puntos del recorrido hemos visto alguna marca de PR bastante deteriorada, es de suponer que está descatalogado. A nuestra izquierda llevamos el barranco de los Manzanos que pronto se une al del Fresnal que llega por la derecha. Es el momento de adentrarse en él. Por su cauce, seco en todo su recorrido, debe discurrir el río Mijares (aquí todavía río del Fresnal).

Entrada al barranco del Fresnal

Pero eso será en otra época porque con este invierno tan seco el agua brillaba por su ausencia. No es un barranco demasiado encajonado. Y así, saltando entre las redondeadas rocas, fuimos recorriendo el cauce.

Por el Fresnal

La vegetación a base de adelfas, lentisco, rosales silvestres, algún madroño, pimpollos, y algunos fresnos de bajo porte que comienzan a aparecer. Eso sí desnudos de hojas en esta época del año. En menos de dos horas llegamos a un dique que superamos sin dificultad.

Dique del Fresnal

A partir de ahí el barranco se abre y llegamos a un vallecillo acariciado por el sol, que es lo que buscábamos para dar cuenta del almuerzo. Aquí aparecen algunos fresnos de más porte y algún chopo.

El Fresnal

Tras el almuerzo nos ejercitamos en la práctica del tirachinas con la nueva adquisición de Fernando, un auténtico as en la materia.



Estilo...técnica...potencia...y ...puntería...¡lo tiene todo!...nº1

Como quedaba mucha mañana por delante todavía, decidimos recorrer un poco el barranco del Queixal, que nace en este punto. El tramo que hicimos me dejó gratamente impresionado. Es más espectacular que el que acabábamos de recorrrer. Sin duda, y aprovechando que el GR-7 circula por aquí, lo visitaremos próximamente.



El barranco del Queixal

Volvimos sobre nuestros pasos para retomar de nuevo el Fresnal, pero por la pista que coincide con el mencionado GR-7. Atravesamos una zona de gran valor ecológico y botánico en la que hay delimitada una microreserva de flora.
Abandonamos la pista por un senderillo que se adentra por otro barranco a la izquierda. Nos encaramamos sobre el tronco de un pino caído que atravesaba toda la rambla de orilla a orilla para hacernos la foto de grupo. Tuvimos que hacer un poco el "mono" para la instantánea. Fue el momento más divertido de la mañana y nos sirvió para bautizar el barranco con el nombre de "Chita", en honor al primate recién fallecido , inseparable acompañante de Tarzán.


En el barranco de la mona Chita (by J.Manuel)

Decidimos recorrer el barranco por dentro hasta que nos vimos obligados a remontarlo entre la espesa
vegetación que cubría su ladera derecha, para enlazar ,más arriba, de nuevo con el sendero. Nos estuvimos peleando en este tramo con las zarzas y aliagas, hasta que salimos ,por fin, a terreno despejado. Una pista, que atraviesa la finca de la Carrasca (ojo con los caballos sueltos que se alborotaron con nuestra presencia para mayor enfado del ganadero) nos conduce hasta la de las Moratillas. La tomamos por la izquierda, un poco de asfalto y volvemos a los coches.

Yo tampoco...

Me quedo con la imagen de los barrancos del Fresnal y del Queixal realmente agrestes y salvajes. Merecen una segunda visita aunque mejor en otra época del año. Finales de primavera u otoño pueden ser buen momento para hacerlo.
Agradecer el esfuerzo de Elvira tras su inoportuna lesión y la presencia de Mila, Manu y Ronald en esta agradable sabatina. Bueno...y al resto también aunque os tengo "muy vistos"...jejejeje.
Ale a cuidarse de los constipados!!!.
Y bienvenida la NIEVE que por fin parece que hace acto de presencia por algunas de nuestras montañas.
Adeu.