sábado, 30 de abril de 2011

TALES - ÓRGANOS DE BENITANDÚS (30/04/2011)

Como el tiempo está como está (¿será la primavera?) y le da por emborrascar los fines de semana, dejamos la ascensión al Benicadell por la cara sureste para otra ocasión y optamos por la,siempre atrayente , sierra de Espadán. Siempre la tendremos ahí, tan a mano, esperándonos y ofreciéndonos infinidad de recorridos y variantes. Es el caso de esta ruta.
La posibilidad de un buen y largo fin de semana hizo que acudiéramos a la cita sólo tres aguerridos montañeros (Toni, J.Manuel y el que suscribe). Fue un "menage a trois" pero sin sexo, eh!.
Con un cielo encapotado llegamos a Tales. Cabía la probabilidad de algún chubasco, cosa que al final no ocurrió. Una mañana ideal para transitar por Espadán.
Salimos de la población por la senda llamada de "Entre Rius" y, sin tregua, ya fue todo un subir y subir hasta alcanzar el pico de les Águiles. La senda está bien señalizada y pisada. Rechazaremos los desvíos que nos puedan aparecer, como la senda que viene de Sueras, y nos fiamos de las marcas verdes y blancas o blancas sólo (un intento frustrado de mantener un SL). Tras 4,5 kms. de dura ascensión (sobraba la ropa impermeable y de abrigo) llegamos a la máxima altura del día, el pico de les Aguiles (725m. en mi GPS). Buenas vistas del manto verde de Espadán.
 Decidimos bajar hasta los Órganos para dar cuenta del almuerzo (más light que de costumbre). Para los que no conozcáis esto de los Órganos he de decir que se trata de unas formaciones rocosas de una gran belleza. Suspendidas sobre el valle del río Veo y el embalse de Benitandús, son lo más parecido a unas fichas de dominó, una sobre otra en precario equilibrio. Losas superpuestas como piezas de un Tetris gigante. Chimeneas cual tubos de un inmenso órgano que enmarca un precioso rincón de Espadán. Dan ganas de escalarlas todas (abstenerse los que tengáis vértigo), aunque esto estará reservado sólo para los muy preparados y para las águilas. Nos conformamos con disparar nuestras cámaras desde cualquier mirador. Los barrancos que nacen entre las formaciones y que mueren en el valle quedaron señalados para una próxima ascensión (un reto sin duda). Nos prometimos investigar alguna posible ruta de ascenso hasta los Órganos por alguna de estas pedreras.
Tras recrearnos un buen rato en estas atalayas tocaba bajar hasta el valle. Lo hicimos por una senda poco visible que recorre, desde lo alto, hacia la derecha esta especie de anfiteatro que nos ofrece nuevas vistas de estas rocas. Miradores ocultos por una tupida vegetación de brezos descomunales, helechos y alguna carrasca.
La senda comienza entonces un vertiginoso descenso entre alcornoques hasta desviarnos al paraje de la fuente del Alcornocal (como no podía llamarse de otra forma)  y su balsa de aguas esmeraldas y cristalinas.
Un precioso rincón digno de visitarse.
Al poco alcanzamos el PR-CV 161 que tomamos en dirección a Benitandús. La senda se convierte en camino, flanqueado por enormes cipreses, que pasa junto a una casa. Su anciano dueño, que estaba desbrozando el camino y buscando no se qué, departió un rato con nosotros y nos contó sus recientes peripecias sufridas tras un robo en su modesta casa. Ni siquiera se libran en estos parajes.Atravesamos junto a unos campos de cultivo ya en los aledaños de Benitandús, el río Veo. Tomamos el camino que sale del pueblo hacia la derecha. Se trata del mismo PR que va en dirección a Aín, paralelo al río Veo. Lo abandonaremos en una curva hacía la izquierda.

También dejaremos esta pista por una senda que nace a la derecha (vereda de Castilla o senda de la Baseta). Senda de herradura salpicada por algunos miradores empedrados, posibles puestos de vigilancia durante la guerra. Ya en descenso entre bosques de pinos estamos a las puertas de Tales, pasamos bajo su derruido castillo y junto a unas antenas.




Entramos en Tales y callejeamos hasta el coche.
Ha sido una bonita y dura jornada (14,7 kms. y casi 800 m. de subida). El tiempo acompañó. Un "menage a trois" para el recuerdo...
Y hasta la próxima borrasca...quiero decir jornada.

lunes, 25 de abril de 2011

TAVERNES DE VALLDIGNA - ALT DE LES CREUS (23/04/2011)

Semana Santa. Vacaciones. Estoy en casa. No solemos salir en estas fechas. Mal tiempo. Sin planes montañeros previstos. Demasiados días sin calzarme las botas. Habrá que planear algo. Aunque sólo sea un día. Y si no, pues a hacer cositas en casa. Siempre hay cosas pendientes. Es un buen momento. Pero bueno, una salida ligerita para estirar las piernas tampoco estará tan mal. Le doy vueltas. Suena el teléfono...es el "abuelito" Rafa y le pasa lo mismo. Pensat y fet...montamos un paseo por Tavernes de Valldigna y el Alt de les Creus, de buen recuerdo para mí (allí reanudé esta afición que tenía abandonada, la montaña...de eso ya hace más de dos años).


Decidimos salir el sábado para no perder la costumbre y a pesar de los malos augurios climatológicos, aunque resultó una bonita y soleada mañana (bueno al final casi toca desplegar los paraguas). Se apuntan MªJosé y Vicente (estaban en Cullera) y Mary.


Se trata de una ruta corta (se puede alargar todo lo que uno desee desde Tavernes, las cumbres de la Murta y la Casella, les Agulles, hasta Alzira) y bien señalizada (PR-CV 38,39 y 40).
Subiremos al Alt de les Creus por el camí dels Borregos (y no miro a nadie) y un tramo de la senda dels Amoladors (afiladores). Es una bonita subida que te permite disfrutar de la Valldigna conforme vas ganando altura. La senda dels Amoladors se inicia más hacia delante, conforme avanzas por el canal de Defensa, que protege la ciudad de Tavernes de las posibles riadas. El camí dels Borregos se inicia antes y no está tan marcado como la senda. Tiene una subida más tendida y disfrutas más de las vistas.
 En un determinado momento ambas se unifican en una sola hasta el Tossal de Sangonera. Allí tomamos una camino hacia la izquierda que dejamos, al poco, por una senda que nace a la derecha y que nos conducirá hasta la Font de Sangonera.

 Estamos en la vertiente norte . Esta zona acoge un precioso pinar y la vegetación arbustiva mediterránea a base de jaras, palmitos y romeros. El paraje de la Font (con un hilillo de agua) es ideal para deleitarse con las vistas de la costa (Cullera y la Albufera aparecen hacia el norte) y ,dada la hora, un buen lugar para el almuerzo (tiene incluso una mesa de madera). Allí coincidimos con dos senderistas conocidos por Rafa (del club de senderismo de la Ford).


 Tras departir un ratillo con ellos reanudamos la marcha hacia el Alt de les Creus, dejando para otra ocasión la subida al Massalari al que se puede acceder por el mismo PR-38 desde la misma fuente. Pasamos junto a la casa del Herbolari y enseguida estamos en el vértice geodésico del Alt de les Creus (540 m.). Buen mirador de la Vall y la costa. Identificamos las montañas y sierras que nos rodean. Un buen lugar para la foto de rigor y a seguir hacia la Creu que aparece próxima, tras firmar en el libro de visitas.

A nuestros pies una formidable pared con una vertiginosa (que me lo digan a mí) caída. Tras pasar por la Creu (hay dos más hacia el este) iniciamos la bajada siguiendo el PR-38 hacia la Font de Cantús.
 La senda va rodeando el macizo por el norte y salva un barranco que dejamos a la derecha. Pasamos bajo unas imponentes paredes con les Covetes excavadas en ellas. Hay tramos de la senda bloqueados por enormes rocas
desprendidas.
 Llegamos a la Font de Cantús (ésta sólo gotea un poco). La senda parece recién desbrozada lo cual es de agradecer. Vemos enfrente de nosotros los restos de un castillo íbero (els Castellets) y  a través de una frondosa pinada enseguida terminamos la bajada y ya estamos en el canal de Defensa. En la base del barranco se observan unas enormes vallas de protección para los posibles (y son visibles) desprendimientos de rocas.

Ya estamos en los coches. El cielo viene muy oscuro desde el sur. Son las 13:30 horas y nos tomamos unas cervecitas en Tavernes gentileza del recién abuelo Rafa. Comienza a llover. Regresamos a casa. Hemos matado el gusanillo una semana más y estirado las piernas no vaya a ser que se nos malacostumbren.
 Una bonita mañana de primavera.



                        (Foto de grupo"estilo Paco", el trípode en el coche)

martes, 19 de abril de 2011

GR-7 (4) ARES - CULLA (16/04/2011)

Continuamos devorando kilómetros por la autopista del GR-7.
Esta etapa se preveía más suave que las anteriores. La idea original era hacerla desde Ares a Vistabella (39 kms.), pero la partimos por la mitad, es decir, hasta Culla. La siguiente etapa se verá ampliada como contrapartida y desde Culla llegaremos a Villahermosa del Río pasando por Sant Joan de Penyagolosa (algo más de 40 kms.) ¿Querías caldo?... Pues dos tazas!. Pero bueno, esto ya llegará y seguro que no faltaremos a la cita.
A lo que vamos...
Tras pasar lista pusimos falta a Fernando (ya no cuela más la excusa de las llagas...que conste) y se apuntó un joven abuelo ¡Enhorabuena abuelito Rafa y abuelita Merche (más joven abuela todavía)! Que disfrutéis y "malcriéis" con salud a Pau .Enhorabuena también a los felices papás y a los otros abuelos.
Hoy tocaba ver amanecer llegando a Culla, donde nos recogieron nuestros chóferes particulares (siempre ha habido clases), esta vez (¿será por la crisis?) con tarifas más económicas que los anteriores.¡Taxistas de la zona, abstenerse de leer este modesto blog! . Bueno...a más oferta...mejores precios..que lo lean pues.


A las 8:45 ya salíamos de Ares, en una mañana que se nos presentaba fresquita y soleada de momento. Bajamos carretera abajo para, enseguida, comenzar a subir por las faldas de la mola de Vilá. Pronto estamos en la font dels Basiets y su abrevadero.

 A nuestros pies las terrazas abandonadas jalonan la mola. Vemos el mas dels Basiets donde un grupo de cabras montesas nos observan espectantes. Son las dueñas absolutas de estos agrestes parajes. Continúa la senda bordeando la mola y pasamos junto a otro mas abandonado, el de Rufa, bajo una pared de roca. Tenemos a tiro el collado, donde se ubica el mas de la Mola con su original era (parece un mosaico de piedra) y un cobertizo de piedra seca (¿corral,refugio,nevera?). Allí descubrimos también el esqueleto de una oveja devorada por los buitres.

 El camino, en suave descenso nos lleva, junto a unos verdes bancales hasta el mas de la Cova, mejor conservado que los anteriores. Está situado en la cabecera de un profundo barranco, el de Marfulla. Preciosas las vistas desde aquí. Desaparecida de nuestra vista la localidad de Ares y ya aparece en el horizonte, hacia el sur el cerro de Culla y  la montaña con la ermita de San Cristófol, con la Font d'en Segures a sus pies. Pero todavía queda mucho camino por delante. Salimos del mas por un camino cementado, con una enorme carrasca y un nogal. Pronto abandonamos el cemento y tomamos una senda a nuestra derecha que nos adentra en un precioso bosque de robles tapizados por hiedras y líquenes. Pasamos junto a un pozo y la senda se estrecha entre paredes de roca. Algunos estómagos comienzan a protestar y toca saciarlos con el inevitable y siempre esperado almuerzo. Lo hacemos bajo unas carrascas, mientras el cielo comienza a nublarse.


 Cambiamos la senda por un camino mas amplio. Atención al desvío a la derecha junto a una finca vallada, donde pasta tranquilamente un gran rebaño de ovejas churras. Siguiendo el camino aparece a nuestra izquierda una magnífica carrasca. Poco después, el paisaje comienza a cambiar. Estamos en el Plá de Berola con sus campos de avellanos, que nos acompañarán hasta Benassal. Volvemos a pisar cemento. A nuestra izquierda aparece la silueta de la ermita de la Magdalena. Más que una ermita parece un torreón en lo alto de una loma. Hay que desviarse unos metros para visitarla, pero merece la pena. Esta singular construcción de planta octogonal data del finales del siglo XIX y  en sus paredes han dejado huella las balas y la metralla de la guerra civil.

En cuestión de minutos atravesamos la población de Benassal para encaminarnos hacia la Font d'Ensegures, primero por un camino cementado que pronto cambiamos por una exigente senda que nos eleva hasta la colonia vacacional. Cruzamos la carretera y seguimos de frente hacia la ermita de San Cristófol que dejaremos a nuestra izquierda.
Tras la dura subida, la senda se adentra entre aliagas y romeros. Ya tenemos el cerro de Culla a tiro de piedra. Un camino de piedra suelta entre muretes nos conduce hasta la población. Otra preciosa carrasca enmarca una bonita postal en las dos direcciones, San Cristófol a nuestras espaldas y Culla al frente.


Otro tramo cementado y en pendiente nos deja en esta preciosa población, fin de la etapa.
Todavía no son las 14:00 horas y decidimos hacer una visita al pueblo y su casco antiguo.
Imperdonable no visitarlo. Preciosos rincones se descubren en cada esquina, en sus placitas, sus edificios históricos, el castillo y sus murallas, el antiguo hospital, la presó, los arcos de entrada, sus portales, sus escalinatas, la iglesia del Salvador con su reloj de sol...


Tras la visita turística nos desplazamos hasta el paraje donde se encuentra la monumental (esta sí)  y famosa carrasca de Culla (está bien indicado en la carretera de Culla a Torre d'en Bessora Km.12). ¿Qué decir de este asombroso ejemplar de Quercus Ilex?. Árbol monumental ya catalogado por Cavanilles. Tronco de 7 metros de circunferencia, copa de 30 metros, con ramas que parecen tan robustas como el tronco principal. Una verdadera reliquia. Un pero...está en una propiedad privada, aunque sea esto lo que haya ayudado a preservarla...y que dure cientos de años más.
Rematamos la jornada con una buena comida en el Restaurante junto a la carrasca. Buena olla y estupendo el conejo con caracoles y rebollones, y de postre tarta de queso casera. Excelente comida en un entorno excepcional.

En resumen, para mí esta es la verdadera esencia de un buen senderista, no todo es caminar y caminar. Callejear por los pueblos, conocer su historia, su cultura, sus monumentos, sus gentes, su gastronomía. Esto no tiene precio, y si lo tiene vale la pena pagarlo, aunque sea de vez en cuando...
Ja vorem la próxima y casi maratoniana jornada del GR-7.
Procuraré estar aquí para contaroslo...

                                En la foto Dolly y sus amigas posando

Dedicado a Pau y a sus iaios.

domingo, 10 de abril de 2011

TERESA DE COFRENTES-LAS QUEBRÁS-RAMBLA ARGONGEÑA (09/04/2011)

Para empezar,disculpas por el retraso en la actualización del blog.
Acabo de cambiar mi equipo informático con los consiguientes inconvenientes que, para mí, acarrea semejante desafío. Se nota que no estoy muy ducho en estas materias...Nuevo sistema operativo, instalación de programas, traslado de carpetas etc... No es que me esté mudando de casa, pero casi, casi...Para mí es un verdadero reto. Habrá que ponerse manos a la obra y estudiar y practicar para sacarle todo el jugo.

Dicho esto os narro brevemente la excursión del sábado 02 Abril:



En esta ocasión hicimos una ruta circular desde Aras de los Olmos y que, siguiendo SL-62 nos llevó hasta el Barranco de la Araña en primer lugar. Tras una tendida bajada llegamos al paraje de la Araña con su cueva y su cascada. Una pena que estuviera seca. Nos conformamos con imaginarla chorreando agua, en otra ocasión será. Adentrarnos en la cueva fue más divertido y nos hizo olvidar la desilusión de la cascada seca. Desde este paraje seguimos el camino acompañados por el murmullo del agua que discurre por una acequia que nos llevó hasta el paraje de los Rubiales y su zona recreativa. Tras el almuerzo seguimos hasta el cauce del Turia que venía con un abundante caudal. Bonita la senda paralela al río que nos enseña una preciosa vegetación  de ribera. Pasamos por los parajes de los Mangranos, con su fuente y su refugio, y la Cocinilla.
Un breve repecho nos elevó sobre el Turia. Al fondo divisamos el Puente Grande. Impresionante obra con una altura bastante considerable. La carretera CM 9221 (estamos en Cuenca) salva así el obstáculo que representa el cauce del Turia en esta zona.



Ya de regreso y con una temperatura veraniega recorrimos la orilla del río hasta el desvío del PR-187. Ya en constante y dura subida (sobre todo por el calor) y tras pasar por el Barranco de Valdelagua, volvimos al punto de partida. Bonita ruta por los paisajes ribereños del Turia.


Ya estamos en el sábado 09 Abril.
Preciosa la jornada que nos esperaba. El veranillo que estamos disfrutando esta semana fue el complemento ideal para esta ruta. Calorcillo y agua en un recorrido realmente espectacular por una zona (el macizo del Caroig) agreste,salvaje y suficientemente alejada de la "civilización", lo que la hace atractiva para los que amamos la montaña. Agreste por la dificil orografía, ramblas, barrancos,escarpados farallones que el agua ha ido esculpiendo y modelando.
Con los primeros rayos de sol apareciendo llegamos,a los mandos del flamante Lexus de Mª Angeles (Gracias MªAngeles! eres un sol), a Teresa de Cofrentes donde nos esperaba un guía de lujo, Jesús, (http://www.facebook.com/suelas.desgastadas) buen conocedor de estos parajes. Jesús decidió un buen día, alejarse del mundanal ruido y "refugiarse" por estos lares. Nos descubrió un verdadero y oculto tesoro. Esta ruta no está señalizada aunque bien merecería catalogarse como PR. Jesús me comentó la dificultad , económica y burocrática, que entraña el poder hacerlo. Tal como está la situación, los ayuntamientos no están por la labor de gastarse un euro en acondicionar estos caminos. Gracias a entusiastas como Jesús podemos conocer estos preciosos lugares. De momento son un tesoro bien guardado.

La ruta comienza y acaba en el paraje del Nacimiento de los Albares ( a unos 3 kms de Teresa de Cofrentes). Retrocediendo unos metros por la carreterilla llegamos a un desvío a la derecha indicado como Las Quebrás (como llamarían en mi pueblo a las Quebradas). Una senda en ascenso nos conduce hasta el lugar. Es una profunda falla que corta el terreno de norte a sur. Un gran surco fractura la tierra. Ante nosotros se aprecia esta herida que ha dejado en la corteza terrestre algún movimiento tectónico acaecido hace miles de años. Simas salpicadas con enormes bloques de rocas dibujan esta gran grieta.

Atravesamos la falla y llegamos a un precioso mirador. El valle de Ayora se abre ante nosotros. También se ve la garganta que es la Rambla Argongeña y que recorreremos más adelante. Al fondo, adentrándose en la provincia de Albacete vemos la sierra del Mugrón. Un breve descenso y  llegamos al corral y casa del Olivar con sus campos abandonados. Buen lugar para el almuerzo de rigor que compartimos junto a dos senderistas de Almansa. Desde la casa y a sus piés, se divisa la zigzagueante rambla Argongeña (nombre que toma del río estacional que se encauza entre sus paredes y acaba cediendo sus aguas al Júcar. Los lugareños también lo conocen como la Longeña). Tras reponer fuerzas venía lo más espectacular, divertido y aventurero de la ruta.

 Decidimos recorrer la rambla aguas arriba durante algún kilómetro.



Conforme se estrechaba el cauce tocaba trepar algunas rocas que albergaban preciosas pozas. En las paredes que nos rodeaban se veían algunos abrigos que servían de refugio para personas y animales. Llegamos hasta una presa desde donde se abría el cauce en un gran meandro con un farallón a sus espaldas. Desde allí volvimos sobre nuestros pasos hasta la Casa del Olivar. Valió la pena el desvío. Volviendo por la misma senda hasta un cruce a nuestra izquierda donde tomamos otra que nos lleva a media altura sobre el lecho de la Rambla. Alguno (yo en este caso) estuvo tentado de hacer el recorrido por dentro de la rambla. Hubiera sido una auténtica aventura y me hubiera evitado la contemplación del cañón desde las alturas. Menos mal...Me hubiera perdido unas vistas increíbles.

A cada curva aparecían allá al fondo, preciosas pozas de aguas esmeraldas. Impresionantes las escarpadas paredes de la garganta. Todo acompañado por el inconfundible croar de la ranas cuyo sonido nos llegaba desde muchos metros más abajo. Cada meandro nos ofrecía visiones distintas que competían en belleza con la siguiente.

Llegamos a un punto donde la senda comienza a descender hasta el cauce. Una vez abajo tocaba cruzarlo en una zona sembrada de juncos y demás vegetación acuática. Hubo que descalzarse y atravesarlo con agua y fango hasta las rodillas. Desde allí continuamos por dentro hasta casi el final. Vadeamos varias veces el río, ya sobre piedras. Preciosas y cristalinas pozas salpicaban el recorrido. También alguna trepadita para salvar las rocas del cauce. Una senda a su izquierda junto a una canalización nos llevó hasta el Nacimiento de los Albares, en cuya fuente nos hicimos la foto de rigor y concluyó la ruta.

Fueron 14,2  kilómetros realmente inolvidables. Más de uno estuvo tentado de darse un chapuzón (un buen plan para los meses más calurosos).
Gracias Jesús por descubrirnos esta preciosa ruta (no será la última en esta zona, seguro).













































Más información de la zona en :  http://teresadecofrentes2007.wordpress.com

martes, 5 de abril de 2011

UNA CANCIÓN Y UN ENLACE MUY INTERESANTE

Tiempo de carnaval.
Tiempo de máscaras y disfraces.
Tiempo de ser lo que no se es.
Tiempo de parecer lo que no se parece.
Tiempo de usurpaciones.
Tiempo de bipolaridades.
Ya habrá tiempo de volver a poner los piés en el suelo...



Una web a seguir ,muy recomendable, ácida,satírica,escéptica y en el fondo...real como la vida misma:
http://www.mimesacojea.com/